Albariño, un vino con mucha personalidad

El vino Albariño es uno de los más conocidos de Galicia. Es, posiblemente, de los más consumidos en las Rías Baixas y en toda Galicia en general, así como uno de los más exportados. La gran variedad de vinos que se producen bajo esta denominación de origen hacen que todos encuentren algo que sea de su gusto, desde los clásicos blancos de toda la vida, hasta rosados o tintos. Pero también espumosos de baja graduación y sabor dulce que son ideales para aperitivos y postres.

Los amantes de este vino pueden disfrutarlo de muchas maneras, además de descorchando una de sus botellas. Una de las más divertidas es acudiendo a la Fiesta del Albariño que se celebra cada año en la localidad pontevedresa de Cambados. Es el centro neurálgico de la producción de este tipo de vino y la celebración hace que acudan personas de toda Galicia y también muchos turistas que aprovechan esas fechas, en pleno verano, para disfrutar de un fin de semana muy intenso. Los puestos, la música y el buen ambiente son constantes durante toda la celebración y se pueden degustar vinos de las principales bodegas. 

Pero para los que acuden a la zona fuera de esas fechas, también hay actividades relacionadas con este vino, como una visita bodega albariño para poder ver en vivo y en directo cómo se realizan estas bebidas que tantos fans tienen. Por supuesto, la visita va acompañada de una cata, por lo que nadie se va a quedar con las ganas de probar el Albariño una vez que haya visto como se produce. Estas visitas guiadas son una de las muchas opciones de ocio que se ofrecen en las Rías Baixas y continúan siendo una de las favoritas por todo lo que implica descubrir una cultura del vino que para muchos es totalmente desconocida.

Y, por supuesto, siempre queda la posibilidad de, simplemente, entrar en alguno de los excelentes restaurantes de la costa gallega para saborear pescados y mariscos recién llevados a puerto por los barcos que salen cada madrugada a realizar las capturas. Con una botella de este vino, sabrán todavía mejor ya que el Albariño y el marisco parecen hechos el uno para el otro. Y, aunque es posible deleitarse con marisco fresco y vino en prácticamente cualquier lugar de España, hacerlo a pocos metros de donde se ha recogido y cocinado por quienes más entienden de mariscos y pescados, será absolutamente único.