Unos de mis amigos de toda la vida acaba de volver de estudiar una Diplomatura cinematografia y nuevos medios Madrid, ya hacía tiempo que no nos veíamos pero por lo menos manteníamos el contacto por el whatsapp. Ahora lo veo cada día y creo que nunca había estado tan alegre. Creo que volver a casa y dejar Madrid atrás fue una liberación para él y lo comprendo porque yo cuando fui estuve unos pocos días y también me pasó factura el estrés con que se vive allí. Yo personalmente no me veo viviendo en una ciudad con tanto estrés y aun por encima sin mar. Cuando estás acostumbrado a vivir al lado del mar cualquier sitio de secano ya no te sirve y eso te lo puede decir cualquiera que viva en una ciudad que tenga el mar al lado.

Además prefiero vivir en una ciudad más o menos pequeña que vivir en una ciudad enorme en la que no conoces a casi nadie y que el tráfico no te obligue a estar parado bastante tiempo. En mi ciudad si sabes por donde tienes que ir apenas te encuentras con atascos y menos los atascos inmensos que te puedes encontrar en una ciudad como Madrid.

 

Vivir en un sitio donde te sientas lo más cómodo posible es una de las formas de ser feliz. Creo que los que llevamos una vida más sencilla y sin tanta prisa tenemos un nivel de vida muy superior a la gente que vive todo el día estresada porque tiene que pasarse el día en el transporte público para llegar a su puesto de trabajo para después volver a casa.

 

Es cierto que en las ciudades grandes hay más ofertas de empleo pero también la vida es mucho más cara, y considero que no hay que vivir para trabajar y no trabajar para vivir, que es mucho más saludable. Pero la tranquilidad que te da vivir en una ciudad sin estrés no tiene precio y los que vienen de fuera se dan cuenta enseguida de ello y todos quieren volver a nuestra ciudad.