LOS JUEGOS DE LOS RECREOS

¿Quién no recuerda cómo eran los recreos del colegio? Para todos el recreo del colegio era la media hora favorita del día, más que nada porque era casi el único momento del día en el que podíamos hacer lo que nos diese la gana sin que los profesores o nuestros padres nos dieran la lata. Por norma general los chicos jugábamos al fútbol si teníamos la suerte de que alguno de tu clase hubiese llevado un balón para poder jugar, de lo contrario nos teníamos que buscar otros entretenimientos. Por otro lado, a las chicas les gustaba jugar bastante a menudo a la goma, un juego en el que se usa una goma elastica plana colores para saltar y bailar. 

Cuando los chicos no podíamos jugar al fútbol en los recreos, teníamos unas cuantas opciones para jugar. Una de nuestras favoritas era jugar con las chapas de los refrescos simulando que jugábamos a la vuelta ciclista. Como en nuestro colegio teníamos unos montículos de tierra, eso nos daba la oportunidad de hacer etapas de montaña que eran muy divertidas ya que lo difícil era volver a bajar y no subir como todos pensábamos en un principio. Otra opción que teníamos cuando no teníamos un balón para jugar eran las canicas. Con las canicas se pueden jugar a bastantes juegos diferentes pero a mi siempre me gustó el juego al que llamábamos “guá” que consistía en meter la canica dentro de un  hoyo hecho en el suelo y si sacabas alguna canica que ya estuviese dentro te la podías quedar para ti. 

 

Con el tiempo, ya dejamos de jugar a estos juegos y en mi último año en el colegio iba a la biblioteca a jugar con unos de mi clase que eran los encargados de abrirla en los recreos. A la biblioteca no solía ir nadie que no fuésemos nosotros, por lo que podíamos jugar a lo que quisiéramos sin que nadie nos molestase, en esos recreos nos reíamos un montón y años después todavía teníamos cosas escondidas por esa biblioteca. Eso sí, hay que reconocer que en esa biblioteca hacía un frío brutal ya que no disponía de calefacción.