El nadador

Es una de las películas más extrañas que he visto en los últimos tiempos. Está inspirada en un relato de John Cheever y protagonizada por Burt Lancaster. Como siempre que me pongo a ver una película, trato de no saber nada de la sinopsis. Me molesta mucho saber de qué van las películas. Tengo casi una obsesión con este tema y hasta me tapo los oídos si alguien habla en mi presencia de una película que me apetece ver.

Entonces, ¿cómo decido qué películas veo? A veces por pura intuición, otras por la portada, el director o por algún actor. Pero para mí, al menos con el cine (pero también con la literatura), el efecto sorpresa es fundamental. Si ya sé por dónde van los tiros de la historia ya estoy mediatizado y solo estoy esperando que pase lo que ya han anunciado en la sinopsis.

La cuestión es que había visto algunas imágenes de la película El nadador y Burt Lancaster es un actor que me gusta bastante. En una de las imágenes, aparecía al lado de la cubierta para piscina en una casa en la que se celebraba una especie de fiesta típicamente sesentera. Pero me llamaba mucho la atención el título de la película. ¿Por qué tanto énfasis en que el personaje de Lancaster es nadador? ¿Profesional o qué?

Así es como el ‘misterio’ de la película va poco a poco desvelándose. Y a partir de aquí, si hay alguien como yo que no le gusta saber nada de las sinopsis de las películas, que se tape los ojos… Burt Lancaster aparece en la primera escena con un bañador oscuro, moreno y con buena cara. Parece que la vida le sonríe.

Se zambulle en el agua. La casa es maravillosa con jardín y una preciosa cubierta para piscina. Cuando sale del agua se encuentra con unas personas que parecen sus amigos, aunque hace tiempo que no le ven. Y es que el personaje de Lancaster no está en su casa. Ha aparecido sin avisar y en bañador. El protagonista anuncia que tiene la intención de ir de piscina en piscina hasta su casa. Todos le miran con extrañeza. Así es El nadador…